Sacamos el pan de la cocina

Hola familias,

Hoy queremos hablar sobre la manipulación y la experimentación. Desde edades muy tempranas es necesario que los niños y niñas experimenten con los objetos y materiales que encuentran en su entorno. Gracias a esa manipulación, se construyen los significados del mundo en el que viven. Somos los adultos, los encargados de ofrecer oportunidades que faciliten el acercamiento a diferentes situaciones.

En nuestro día a día, contamos con multitud de materiales y objetos susceptibles de ser usados para el juego y disfrute de los más pequeños. Señalar, que los materiales de uso diario son una tremenda fuente de motivación para ellos, y les provocan sorpresa y curiosidad.

De manera espontánea están practicando la motricidad fina, ganando armonía en los movimientos y también, practican el trasvase. Por eso, no podemos olvidarnos de las cucharas, los recipientes y los embudos.

Son muchos los beneficios obtenemos trabajando en la mesa sensorial con pan rallado. Entre ellos, podemos decir que: potencia y aumenta el nivel de atención y concentración; invita al inicio del proceso de lógica matemática fomentando el uso de combinaciones, comparaciones y agrupaciones; verbalizan aquello que van experimentando y de esta forma también desarrollan el lenguaje.

Fomenta el planteamiento de preguntas (¿esto qué es?, ¿qué pasará si?, ¿cómo puedo..?, ¿ y si…?,.) y la formulación de sus propias hipótesis. Y lo más importante, él mismo es el protagonista de sus propios aprendizajes y descubrimientos. Algo muy importante que no debemos olvidar es que, a través de estas actividades, aprenden a compartir con sus compañeros.